Te proponemos descubrir Stone Street Tavern, una de las muchas tavernas que se encuentran en Stone Street para romper con un día de paseos por Nueva York o para encontrar el contrapunto al ajetreo de Wall Street.
Si estás dando un paseo por la zona de Wall Street y tienes ganas de ver como era el lugar dónde todo empezó en la Gran Manzana, puedes pasarte por Stone Street.
¿Qué hay en Stone Street?
Allí podrás ver una calle empedrada con casas bajas de la época de los colonos holandeses, los primeros pobladores llegados del viejo mundo que se instalaron en la actual Nueva York.
La mayoría de casas son actualmente pequeños comercios, alguna pastelería y sobre todo tabernas donde se mezclan los trabajadores de Wall Street a primera hora de la tarde con grupos de jóvenes que eligen pasar una tarde-noche con música, cervezas y buena comida.
La mayoría de lugares recrean el ambiente de tabernas, mucha madera y aire anticuado con muchas lucecitas.
¿Porqué Stone Street Tavern?
Nosotros elegimos Stone Street Tavern, ya que nos pareció que tenía el tamaño adecuado para estar a gusto ya que hay algunas muy grandes por la zona o más enfocadas solo a tomar algo.
Una vez entramos dentro nos pusieron en una mesa alta para seis personas pero estuvimos solos en ella y nos pedimos algunas de las cervezas artesanas que había en la carta con unos precios de entre ocho y nueve dólares.
Recordamos con gusto la Brooklyn Lager pero también se puede encontrar una selección de Ales e IPA muy ricas servidas de tirador.
Lo de la comida fue realmente un acierto, el lugar tiene una carta corta pero deliciosa, lo justo para que haya algo para cada uno de los gustos.
¿Qué hay para comer?
De entrantes , que son todos para compartir puedes encontrar Coles de Bruselas al estilo Bangkok, Patatas fritas con queso, Calamares fritos, Burrata al horno, Quesadillas de pollo cajún o minihamburguesas de Kobe.
Nuestra recomendación es que elijáis el Flatbread de cuatro quesos de la taverna, es ligero y te deja espacio para luego indagar en el mundo de las hamburguesas.
Las ensaladas nos las saltamos y de platos principales puedes encontrar salmón, bistecs, langosta o unos Mac&Cheese deliciosos.
Pero habíamos ido a jugar y nos decantamos por las hamburguesas, hicimos los dos la Tavern Burger, la alternativa era la Angus Burger pero la descartamos. También había algunos sandwiches apetecibles como el ‘Beef Deep’ o el ‘Grilled Pesto Sandwich’.
Pero la gran suerte que tuvimos es que como ‘sider’ pudimos elegir uno las ‘Parmesan Truffle Fries’ y el otro las ‘Sweet Potato Fries’, las preferidas de cada uno por un pequeño suplemento y no tener que pagar el acompañamiento completo. Un puntazo.
El precio es un poco caro para un bolsillo español ya que entre las cervezas, el entrante, las hamburguesas y el tip y los impuestos, la broma subió a más de 100 dólares.
Pero la experiencia de cenar y tomar algo rodeados de señores que estaban manejando la economía del mundo hacía unas horas y algun alocado grupo de neoyorkinos con ganas de desconectar del bullicio de la ciudad valió la pena.
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