La cadena de pastelerías Patisserie Financier es famosa por ostentar el título a hornear el mejor croissant de la ciudad de Nueva York en el año 2018. Pero, realmente vale la pena? Os contamos nuestra experiencia.
Nunca habíamos oído hablar de estas pastelerías antes pero, paseando por Stone Street, vimos uno de sus locales y el reclamo del mejor croissant de la ciudad. Por supuesto, no nos pudimos resistir. Iríamos a desayunar al día siguiente.
De camino a la parada de metro de Wall Street encontramos el local. A pesar que había un pequeño jardín y mesas para poder sentarse fuera, el frío hizo que nos decidiésemos por el interior de la pastelería.
Entramos en Patisserie Financier y nos encontramos con la primera decepción. Todo el aire parisino que tiene el exterior con la combinación de colores pastel de la fachada combinado con la madera y las mesas exteriores, en el interior desaparece.
Nos acercamos al pequeño mostrador de la pastelería y encontramos lo mismo que en las miles de cafeterías de Nueva York. Diversos tipos de croissant, napolitanas de chocolate de aspecto prefabricado y poco más. Pedimos el croissant por probar y un par de cafés con leche. Los cafés y los croissants nos los sirvieron en un plato y vaso de cartón, lo cual también nos decepcionó.
Aún así, todo lo anterior podría ser justificable si al menos el premio de mejor croissant fuese merecido, pero a nuestro parecer, tampoco. El croissant es un hojaldre hinchado que nada más tocarlo se deshace en mil trozos por lo que es bastante complicado comerlo. No tiene ningún sabor en especial y más bien nos pareció que estaba seco o que había sido horneado el día anterior. Nada que ver con lo que prometían, ni con un buen croissant francés.
El servicio tampoco fue destacable, ya que sin ser maleducados, no nos prestaron ningún tipo de atención. Es más, se nos cayó uno de los cafés al suelo y ni se inmutaron.
Nuestra opinión, es que a pesar que la apariencia y el precio es de café parisino, no deja de ser una copia barata del Starbucks. Pides en el mostrador, apuntan tu nombre en el vaso de cartón con poco interés, te sirven un croissant seco y pasan al siguiente cliente.
